domingo, 8 de abril de 2012


Negarte, ignorarte, olvidarte
fueron pasos dados y actitudes normales
de mi sedienta y rebelde juventud
deseosa de aventuras marginadas de normas
leyes y valores morales y
preceptos ideológicos,
mas al contrario, llenos de ufano
escepticismo religioso
resumante de mórbidos principios
que idolatraban vanalismos abstractos
irguiendo en mi cerebro falsos dioses
encubiertos por la blasfemia de los
pecados capitales que hacen la robustez
insensata de mi existencia..
Parece un sueño, 
parece haberte guardado intacto para mi vejez
justo al momento crítico cuando te das cuenta
que el tiempo de tu existencia humana se acorta
que el tiempo de tu reloj de vida se acaba
que todo tiene un sentido retrospectivo
de arrepentimiento
de dolor por ver el camino andado
y darse cuanta que lo único que se lleva
es NADA
porque la muerte inclemente
te deja sola y con tu fe,
la fe que perdiste en tu miserable vida
y ahora la quieres
como si tu resurrección borrara
toda la penuria de tu pasión, 
crucifixión y muerte
y redivivo mi ilusión de perdón
esperando verte
vivo entre los muertos
resurrecto entre los pecadores
y redimido por tu padre,
que al fin uno se da cuenta que es 
también el padre que me hizo
a su imagen y semejanza
pero que no me dio
la misma alma que tu tienes 
Señor de los Señores...